Los datos de tratamiento de residuos en España, muestran una situación no demasiado recomendable y que lógicamente requiere de una mejora considerable. Frente a un objetivo de vertido cero, nos situamos en el entorno del 55% de residuo a vertedero, mientras que el volumen de reciclado estaría en torno al 35% y tan solo un 10% sería valorizado energéticamente.
Esto contrasta fuertemente con países como Alemania
donde solo un 5% va a vertedero, mientras el volumen de reciclado alcanza el
65% y la valorización energética supone alrededor del 30% en el volumen
total de residuo tratado.
En la ponencia de residuos que aprobamos el pasado año
2015 en el Senado, ya dejamos dicho que esta situación debería cambiar y
hacíamos las propuestas adecuadas para ello, en vista de las sugerencias
recogidas de todos los participantes (públicos y privados) en las misma y del
propio cumplimiento de la Directiva 98/2008/CE que prioriza reciclaje
(enfoque multi-R) primero y valorización despues frente a la eliminación en
vertedero.
En el caso de la valorización energética se trataría
pues prácticamente de triplicar el nivel de tratamiento, lo que significa
también un aumento considerable de inversión en nuestro país en plantas que
utilicen las diferentes tecnologías.
Cuando hablamos de valorización energética, tendemos a pensar en la más utilizada hasta la fecha, como es la incineración, pero existen otros tratamientos térmicos emergentes que deberíamos también tener en consideración para el futuro próximo y de los que haremos alguna referencia en este artículo.
Consideramos tecnologías emergentes, aquellas
diferentes de las convencionales de incineración y que no cuentan con grandes
referencias en los países de nuestro entorno, Unión Europea, aunque existan en
otros lugares. Estamos hablando básicamente de pirólisis (la más valorada),
gasificación (la más conocida y experimentada) y plasma.
PIRÓLISIS
La pirólisis se basa en la descomposición térmica de
un material en ausencia de oxígeno o cualquier otro reactante. Con esta
tecnología se obtienen diferentes productos útiles en función de la tecnología
utilizada. Carbón vegetal, aceite pirolítico, o gas de síntesis. Es una de las
tecnologías más valoradas ambientalmente con la que se sigue investigando mucho
para conseguir experiencias comerciales más exitosas.
GASIFICACIÓN
La gasificación es la oxidación parcial del
residuo de forma que se genera un gas de síntesis o syngas compuesto
principalmente por monóxido de carbono, hidrógeno, metano y algunos hidrocarburos
ligeros. Es una mezcla con poco poder calorífico. Es una técnica de la que
existen algunas experiencia exitosas, especialmente en Japón, todas ellas
basadas en la posterior combustión del gas. La introducción del gas en
generadores presenta aún alguna dificultad.
PLASMA
Respecto del plasma. Es una variante de la
gasificación que se basa en la utilización de antorchas, a través de una
corriente eléctrica de alto voltaje, para ionizar el aire y crear altas
temperaturas. Es lo que llamamos una atmosfera de “plasma”. Es una tecnologia
de baja capacidad, con pocas experiencias y no muy desarrolladas.
En estos momentos se trabaja mucho en lo que podríamos
denominar la cuarta tecnología emergente que se referiría a aquella que
produciría combustibles de segunda generación a través de procesos químicos o
biológicos. En este momento existen varias plantas piloto en nuestro país y
alguna experiencia de proceso industrial.
Una breve descripción de técnicas que van a ir
abriéndose paso en nuestros sectores ambientales y con las que deberemos contar
para alcanzar los niveles de valorización de residuos que nos serán necesarios,
en busca de nuestro objetivo de vertido cero. Obviamente desde el máximo
respeto al enfoque de ECONOMÍA CIRCULAR por el que debemos trabajar
con insistencia.